miércoles, 16 de marzo de 2016

Muerte en Venecia

“Gustav Aschenbach –o Von Aschenbach, como se le conocía oficialmente desde su quincuagésimo aniversario- salió de su apartamento de la Pinzregentenstrasse, en Munich, para dar un largo paseo a solas.”

Ficha del Libro:

Título: Muerte en Venecia

Autor: Thomas Mann

Fecha: 1914

Movimiento: Literatura contemporánea

Género: Novela filosófica

Tema: la belleza, el tiempo, filosófico

Páginas: 102







Resumen:

Gustav Aschenbach es un escritor que tras sus grandes reconocimientos se siente agotado y sin inspiración alguna. Tras un largo paseo decide que es hora de realizar un viaje. De este modo acaba en las blancas playas de Venecia. Se suponía que tan solo iba a pasar allí un par de días, hasta que un atardecer descubre un joven adolescente. Tadzio, del que se enamora perdidamente.

“Le hacía falta, pues, un paréntesis, cierto contacto con la improvisación y la holgazanería, un cambio de aires que le renovara la sangre a fin de que el verano fuese tolerable y fecundo. Viajar, sí… aceptaba la idea.”

Opinión personal:

Esta es una novela muy corta. Tiene un argumento muy simple. Tan solo consta de dos personajes que en ningún momento interaccionan entre sí. Y aún así, juro, que es de los libros que más me ha costado leer en esta vida. Son apenas 100 páginas, pero con fundamento. Lo leí hace un año y creo que sigo un poco obsesionada con él. En muchos de mis escritos hago referencias a este libro, por ejemplo Muerte en Venecia es el libro favorito de una de mis protagonistas o en un relato breve al protagonista lo llamé Tadzio.

“Una especie de hechizo que invitaba a la indolencia parecía emanar de su asiento, de aquel sillón bajo y tapizado de negro que se mecía muellemente siguiendo los golpes de remo del despótico gondolero.”

Este libro es una reflexión filosófica acerca de la belleza, la juventud y la pérdida de la misma. No hay apenas ningún diálogo, y de hecho, casi no hay puntos y aparte. Esto hace que a un lector que no está acostumbrado al ensayo o al texto filosófico se pueda sentir atemorizado ante estos enormes párrafos que ocupan páginas y páginas. Esto, unido a la falta de acción que hay en el libro hace de Muerte en Venecia una novela corta pero muy pesada.

Por otra parte debo de comentar que como autor Thomas Mann me resultó uno de los que posee un estilo más cuidado y laborioso. Al leer sus páginas todo encaja, cada palabra está medida al milímetro para dar al lector la sensación que él deseaba transmitir. Al mismo tiempo es terriblemente complejo. En pocas palabras, en este libro no hay nada de sencillo (ni si quiera los nombres de los personajes).

“Después, apoyándose en el respaldo, los brazos indolentes caídos, abrumado y sacudido varias veces por escalofríos, musitó la fórmula fija del deseo, imposible en este caso, absurda, abyecta, ridícula y, no obstante, sagrada, también aquí venerada: Te amo.”

Cuentan las leyendas que Thomas Mann se basó en una experiencia propia para escribir este libro. Yo no sé cuánto de verdad hay en ello y cuanto de rumor, pero tampoco creo que haya que buscarle tres pies al gato ni acusar a Thomas Mann de pedófilo. En mi humilde opinión creo que la belleza viene representada por un joven adolescente, no porque al autor le gustasen desde un punto de vista sexual o romántico, si no porque (más teniendo en cuenta que el libro está escrita a principios del siglo XX) poner a un menor de edad y además hombre como materialización de la belleza y el amor romántico, era el modo más visual de representar algo totalmente prohibido e inalcanzable.

“¿No había deseado que la travesía fuera larga, que durase eternamente? Lo más razonable y, sobre todo, lo más placentero era dejar que las cosas siguieran su curso”

La atmósfera del libro se debate entre la belleza de la ciudad, de las playas, de todo lo que rodea al protagonista, y la angustiosa e inevitable calamidad que se cierne sobre él.
El único personaje, el gran protagonista del libro es Aschenbach y toda la novela transcurre, más que en Venecia, en el interior de su cabeza. A lo largo de las páginas vemos como el personaje cambia poco a poco. Al principio no te das cuenta de que esta es una caída del personaje, el anochecer de su vida. Aschenbach se aferra a algo que inevitablemente está llegando a su fin que poco a poco ve como se le escapa de las manos, sin que apenas nadie se dé cuenta de ello.
Tadzio más que un personaje es un ente efímero, inalcanzable, una ilusión que se desvanece de un momento a otro. ¿No es acaso como la vida misma?

“Pero sobre este cuello, cuya extraña elegancia no acababa de hacer juego con el carácter del traje, reposaba la incomparable flor de su encantadora cabeza: la cabeza de Eros, recubierta del esmalte amarillento del mármol de Paros, con sus finas y graves cejas, sienes y orejas ocultas bajo la oscura y sedosa cascada de rizos, que caían en ángulo recto.”

Te recomiendo este libro si:
  •  No temes a nada y quieres leer a un auténtico maestro de la prosa.
  • Te interesa la filosofía.
  •   Eres de los que buscan siempre algo a lo que aferrarse en la vida.




“Lo llevaron a su habitación, y, aquel mismo día, un mundo respetuosamente conmovido recibió la noticia de su muerte.”

viernes, 26 de febrero de 2016

El personaje de Febrero: Guy Montag

Este mes me he retrasado bastante para publicar, he empezado un nuevo curso y estoy bastante ocupada estudiando, apenas tengo tiempo para escribir. Pero bueno, al lío que ya casi ha acabado febrero y yo he pospuesto demasiado la publicación del personaje del mes. Aunque hacía ya mucho que había decidido que fuese Guy Montag de Fahrenheit 451.

Guy Montag

El protagonista creado por Ray Bradbury es, a mi parecer, uno de los personajes masculinos más buenos que he leído. En el libro se indica que tiene treinta años y lleva diez trabajando como bombero en ese futuro distópico del que he hablado en las reseñas del libro y la película. En este puesto de trabajo ya sabéis que se encarga de quemar libros. En el libro se indica que tiene el pelo oscuro, como la mayoría de sus compañeros, aunque en la película es rubio. Físicamente se da a entender que es alto y fuerte, aunque tampoco hay una descripción exhaustiva de este personaje. Al igual que pasaba el mes pasado, el autor da mucha más importancia al aspecto más psicológico del protagonista de su obra.

La única familia que se conoce es su mujer Myldred (por alguna razón Linda en la película). Con la que vive, no se acuerda desde hace cuanto tiempo. Al principio del libro tanto él como su esposa viven sumidos en la supuesta felicidad que otorga esa sociedad. Aunque por la mitad del libro descubres que la curiosidad siempre ha estado presente en este personaje.

Él vive intentando no cuestionarse nada sobre su vida ni nada de lo que le rodea. Hasta que como sabéis, conoce a Clarisse. Una simple pregunta lleva al protagonista a despertar ese espíritu curioso que estaba dentro de él. Comienza a cuestionarlo todo, su vida, su trabajo, su relación con Myldred. Hay un pasaje que a mí me impresionó mucho, es durante este periodo de evolución y en el que Montag se da cuenta de que si su mujer muriese no sentiría pena. Y ese hecho a su vez le pareció triste que se echó a llorar, pero ella al verlo no hizo nada, solo le miró extrañada como si no entendiese nada de lo que estaba pasándole. En ese momento a mi me pareció que era un personaje muy bien creado y totalmente humano. No es muy común en la literatura que un personaje masculino exteriorice de ese modo la tristeza.

Un tiempo después otro impactante acontecimiento vuelve a dar un giro brusco en su vida, presenció como alguien estaba dispuesto a morir por sus libros. Lo que le despertó aun más la curiosidad y el querer saber que era lo que escondían esos papeles. En este mismo pasaje su jefe le da un amenazante mensaje lo que aún le hace abrir más los ojos acerca de lo que está sucediendo. Decidir entre saber la verdad o ser feliz en la más absoluta ignorancia. Aunque la verdad es que no le dejan elegir finalmente.

Finalmente consigue el valor para querer cambiar algo en ese mundo, o por lo menos intentar comprenderlo de algún modo mejor. Montag a lo largo del libro demuestra muchas facetas desde un tremendo valor, a un pesimismo desesperado, desde una tremenda testarudez hasta sentimientos profundos y humanos como la tristeza o el miedo. Además el autor tiene, para mi gusto, una gran habilidad para describir sentimientos y las sensaciones que vive el personaje, lo que hace que la sensación de lectura sea real y adictiva. En muy pocas páginas Bradbury consigue desmontar al arquetipo de personaje masculino hasta hacerlo un ser humano completo y redondo.



 “Hoy empezaremos a andar y a ver mundo, y a observar como la gente anda por ahí y habla, el verdadero aspecto que tiene. Quiero verlo todo. Y aunque nada de ello sea yo cuando entren, al cabo de un tiempo, todo se reunirá en mi interior, y será yo. Fíjate en el mundo, Dios mío, Dios mío. Fíjate en ese mundo, fuera de mi, mas allá de mi rostro, y el único medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo allí donde por fin sea yo, donde estén la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al día. Me apoderare de ella de manera que nunca podrá escapar. Algún día, me aferrare con fuerza al mundo. Ahora tengo un dedo apoyado en el, es un principio.


lunes, 15 de febrero de 2016

Querido Tim

“Soy un gato y me llamo Timoteo. Como Timoteo no es nombre de gato, me llaman Tim, que es más corto.”

Ficha del libro:

Título: Querido Tim

Autor: Carmen Kurtz

 Fecha: 1984

Movimiento: Contemporanea

Género: Costumbrista, humor

Tema: Familia, cariño, animales

Páginas: 178







Resumen:

Timoteo es un dibujante de comics pelirrojo y encantador y que lleva una vida cotidiana un poco aburrida. Hasta que un día en lo alto de una rama se encuentra a un gato igual de pelirrojo que él. Enseguida se encariñan el uno del otro, Timoteo lo adopta como si fuese al hijo que nunca tuvo, incluso lo bautiza con su propio nombre, pero como Timoteo no es nombre de gato… lo llama Tim. Este peludo amigo sirve al dibujante como inspiración y decide inventar las aventuras del gato a lo largo de siete dueños, que representan siete vidas, uno de ellos muy real. El señor Ventosa, un hombre engreído del que Tim escapó y que pretende arrebatárselo al autor.

“Si tropiezo porque mis ojos ya no son los de antes y mis pies me lastiman, sueles excusarme diciendo:
    <<Si en lugar de grava tuvieses un patio enlosado, tropezarías menos. No creas, a mí también me mortifican estas piedras. >>”


Opinión Personal:

Querido Tim es uno de los libros de mi vida, es de los que mejores recuerdos guardo. A mí de cría no me gustaba leer, los libros de niños me aburrían soberanamente, pero este fue uno de los que me despertó mi amor por la literatura. No solo porque siempre haya sentido una enorme fascinación por estos pequeños felinos si no por lo maravillosamente construida que está la historia. Habrá alguno de mis pequeños lectores que piense: “¿Pero para tanto da la vida de un gato normal y corriente?” Pues sí, sí que lo hace. Porque este no es solo un libro sobre el auge y caída de un gato, es una historia sobre la familia el cariño y la vida en sí misma. Pero sobretodo es una historia creada para hacer que todo el que la lea esboce una sonrisa mientras lo hace.

“Me siento un poco hijo suyo y él, quizá, se siente un poco padre en lo que a mí se refiere.”

El estilo de la autora, por lo menos el que utiliza en esta narración, es muy sencillo y accesible para todos los públicos, sin ser infantil, que como he dicho nunca me gustaron esos libros. La obra está escrita en segunda persona, lo que a mí en su día me resultó muy llamativo, ya que nunca había leído algo así. De hecho fue una pregunta de examen, porque este libro me lo mandaron como lectura obligatoria.

Desde el principio me gustó mucho la idea de representar las siete vidas que tiene un gato, según el dicho, con los siete dueños que tuvo Tim antes de llegar a la rama del castaño de Timoteo. Entre estos dueños hubo de todo, desde una dulce anciana, a un pescadero que quería castrarle, hasta el señor Ventosa, un hombre rico y engreído. Este último es el único “real” ya que los demás son simples historias inventadas por Timoteo.

“La verdad es que tus lágrimas no eran de tristeza, si no de aburrimiento o de amenazas de aburrimiento.”

La personalidad del gato y de los personajes va dibujándose poco a poco gracias a la divertida narración de Timoteo. Aunque el mejor es Tim, sin lugar a dudas, yo le cogí mucho cariño a Timoteo, una persona amable y dulce que trata a todo el mundo, menos a Ventosa, como si fuesen su familia. También me gustaba mucho el personaje de Jesusa, la ayudante de Timoteo a la que este quería como a una nieta.

Hace muchos años que me leí este libro, puede que más de una década si no recuerdo mal. Pero aun tengo grabados en la cabeza algunos de los mejores momentos de este pequeño y peludo amigo, como su feroz pelea contra una rata, o cuando salió corriendo despavorido al escuchar las intenciones de castrarle. Un libro que a mí me ha acompañado siempre y que no podía no hacer una reseña sobre él. Aunque al haber pasado tantos años me ha quedado un poco corta. Es una obra que recomiendo a todo el mundo, desde niños hasta adultos, simplemente no tiene edad, es una historia íntima y entrañable que divertirá pero que a la vez transmite algunos de los sentimientos más universales del mundo.

“La vida es un asco, Susa, pero asco y todo hemos de vivirla. Somos felices por un día de sol, por el pájaro que canta, por la flor que nos sonríe en el camino, por nuestros recuerdos felices, por tantas cosas…”


Te recomiendo este libro si:

Te encantan los animales, especialmente los gatos.
Buscas una lectura amena y divertida.
Quieres iniciarte en el mundo de la literatura.

“Cuando alcé mis ojos creí verte encaramado en la copa del castaño. Agité la mano en tu dirección y murmuré:
-Hasta pronto, querido Tim.”


martes, 2 de febrero de 2016

Virginia Woolf



Nombre completo: Adeline Virginia Stephen (Woolf)

Fecha de nacimiento: 25/01/1882

Fecha de fallecimiento: 28/03/1941

Nacionalidad: Británica


Biografía:

Virginia Woolf, Stephen antes de casarse, nació en Londrés, Inglaterra, a finales del siglo XIX. Fue hija de un novelista, ensayista e historiador, Leslie Stephen, por el cual fue desde niña influenciada educándola en el arte de la literatura. Aunque no fue a la escuela su vida estuvo guiada por múltiples profesores particulares y su propio padre. Desde niña tuvo múltiples influencias del mundo de la literatura.

Con tan solo 13 años Woolf tuvo su primera etapa de depresión a causa de la repentina muerte de su madre y de su hermana dos años más tarde. Diez años después perdió a su padre, lo cual le causó una crisis nerviosa muy grave por la que tuvo que ser ingresada. Toda su vida estuvo marcada por el trastorno bipolar con fuertes enfermedades a consecuencia de las etapas depresivas.

Tras este acontecimiento, Woolf se trasladó a Bloomsbury junto a sus hermanos, donde se creó el llamado Círculo de Bloomsbury. En este círculo se encontraban diversos de sus compañeros del King’s College de Londres y Cambridge y antiguos amigos de su hermano mayor. Entre los que se encontraba Leonard Woolf, con el que se casaría a los 30 años y con quien colaboró profesionalmente creando la editorial Hogarth Press.

En 1941, tras la destrucción de su casa a causa de la Guerra y por las críticas recibidas por la biografía de su amigo Roger Fry, Woolf volvió a caer en una grave depresión. La cual la condujo a arrojarse al río Ouse.


Estilo:

Virginia Woolf comenzó a escribir de manera profesional en 1905, pero hasta diez años después no publicó su primera novela, Fin del viaje. Con ella Woolf se disponía a romper con los límites de los esquemas narrativos de la época. Sin embargo hasta la publicación de La señora Dalloway y Al faro la crítica no empezó a fijarse en ella. Con su estilo experimental Woolf incorporó a la prosa elementos propios de la lírica, y con ello acceder a una acción que tan solo ocurre en la conciencia de los protagonistas, no exteriormente, además de mezclar los distintos tiempos y la concepción de él.
Por otro lado, la autora también tuvo una buena carrera con las obras ensayistas, que sobretodo giró alrededor del feminismo y de la condición de la mujer escritora, como se puede leer en Un Cuarto Propio. También fue una destacada autora de biografías, como Fry. Estas obras convirtieron a Woolf en una de las mayores renovadoras de la literatura inglesa.


Obras destacadas:

Fin del viaje
Día y noche
La señora Dalloway
Al faro
Orlando
Las olas
Entre actos
Un cuarto propio
Flush

Fry

"No hay barrera, ni cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente"

miércoles, 27 de enero de 2016

Adaptados: Fahrenheit 451

Título de la película: Fahrenheit 451

Título del libro: Fahrenheit 451

Director:  François Truffaut

Protagonistas: Oskar Werner, Julie Christie, y Cyril Cusack
Año: 1966











Resumen:

Para no aburrir con el mismo resumen que en la reseña del libro directamente remitiré a ella.


Película VS Libro:

La película es muy buena, para que vamos a negarlo, aunque hay muchas diferencias con el libro y cosas que eché muy en falta en ella, no hay que dudar que esté bien lograda. Digamos que si el libro es un 10 la película tiene un 8’5, que es muy buena nota. Tal vez sea por mi exacerbado amor hacia el libro que me impide darle más nota. Pero aun así me ha encantado verla.
Lo primero en lo que te fijaras cuando veas este metraje es que para ser ciencia ficción la tecnología muy punta no es, solo hay que ver los teléfonos. Hay que tener en cuenta que está hecha en los años sesenta cuando toda la tecnología que se podía imaginar ni si quiera se acercaba a la que tenemos hoy en día. Por lo una mente del año 2016 que lea el libro será capaz de imaginar cosas mucho más impresionantes que las que aparecen. Como pasa por ejemplo con las pantallas de “La Familia” en el libro te las describen como tres enormes paredes, mientras que en la película solo es un plasma, claro que un plasma en los años 60 era eso, ciencia ficción. Lo mismo sucede con el camión de los bomberos, las casas, los coches o el metro, yo que vivo en el siglo XXI imagino el futuro a partir de aquí.

Pero no fue esto lo que me sacaba más de la ambientación en la que consigue meterte el libro. Dejando de lado la tecnología, lo que más me descolocaba era la ciudad, llena de arboles y de verde. En el libro te da la idea de que todo es mucho más gris y urbano de lo que aparece en el libro, con todas las casas iguales donde no hay ningún hueco para la individualidad.

Esto en cuanto a la escenografía, aunque no lo parezca juro que me gustó mucho la película.

Pensando en el argumento, hay muchas diferencias con respecto al libro, para la versión se quitaron y se añadieron distintas escenas. La primera gran diferencia que se ve es en el personaje de Clarisse, mucho más presente en la película que en el libro. Pero lo que más eché en falta en la película fue la omisión del personaje de Faber y del Sabueso, este último creo que lo quitaron por falta de medios para hacer sus escenas. El que quitasen a Faber si que me parece un error, ya que es él quien ayuda a Montag a salir de la ciudad y quien le explica toda la situación, en la película esto queda muy cojo.

En general el libro transmite mucho más que la película, las escenas más trepidantes escritas por Ray Bradbury, como cuando Montag logra escapar de la ciudad, en la película quedan reducidas a la mínima expresión. También la representación de los sentimientos y la evolución del protagonista están mejor llevados en el original que en la adaptación. Montag en el libro tiene una gran cantidad de dudas y momentos de debilidad, que en la pantalla no podemos observar.

Por otro lado en la película, en la que se omiten muchos detalles, como el hecho de que esté prohibido circular a menos de 80 km/h, se añaden escenas y otros detalles. Me gustó que el director decidiese que el papel de Linda (Myldred) y Clarisse fuese realizado por la misma actriz, para representar lo muy diferentes que pueden ser dos personas siendo exactamente iguales. Aunque sigue pareciéndome que se dejaron en el tintero muchas de las escenas más interesantes e importantes, como la de la lluvia, la guerra... y el Sabueso, que estaba yo deseando verlo.


Pero viéndolo como una historia distinta, o sin haber leído el libro, la película está muy bien. Yo estoy contenta de haberla visto, tenía mucha ilusión y no me arrepiento de haberlo hecho. Eso sí el libro es mejor.



sábado, 23 de enero de 2016

Un cuarto propio para la tribu

“La literatura femenina es como una serie de islas a la deriva desprendidas del gran continente que es la literatura universal.”

Con esta cita comenzaba ayer unas jornadas organizadas por La Tribu de Frida sobre la literatura y las mujeres en ella. De la mano de Carmen G de La Cueva la creadora de La Tribu. Yo tuve la suerte de poder asistir, me alegro mucho de haber llegado aunque fuera por casualidad como llegué a ver el cartel. Fueron unas jornadas muy inspiradoras compuestas por dos mesas redondas, una lectura y finalmente un cóctel. Además había una pequeña mesa de Mujeres & Compañía La Librería para poder comprar ejemplares de libros de los que iban a hablar y de los escritos por las invitadas. Pena que yo no llevase dinero, pero este lunes pienso ir a la librería física.


Una genealogía propia. Escritoras, generaciones e influencias

La primera mesa redonda, la que luego se conocería como la mesa de las “no madres” estaba compuesta por tres autoras que nos hablaron sobre su experiencia como creadoras y sus influencias. Ellas eran Pilar Adón, Elvira Navarro y Gabriela Ybarra.

Para ellas la primera pregunta fue cual era la chispa que las impulsó para escribir.  Las respuestas fueron muy variadas y llevo a muchos temas muy interesantes. La escritura se representó como un método de expresión alternativo al hablado, mucho más libre para poder decir lo que sientes. Por otro lado también es un modo de estar contigo mismo sin tener que estar con otros. Y por último como algo muy divertido y lúdico que se puede compartir con todos.

“Cuando hablas de tus personajes no puedes hacerlo con sentimientos o emociones como lo haces en el libro. Tienes que crear palabras, eso es muy complicado.” Comentó Elvira sobre sus experiencias como autora.

También se habló mucho de los primeros libros y la iniciación a la lectura, que fue de modos tan diferentes como los motivos para empezad a escribir. Uno de los nombres que más se repitió  durante la sesión fue el de Margarite Duras que sirvió como inspiración para todas ellas, aunque, al parecer, intentar emularla es un suicidio literario.

Esta mujer nos llevó al tema de la influencia de las mujeres en la literatura, saliendo a la luz grandes nombres como Jean Austen, Virginia Woolf o Penélope Fiztgerald. Las autoras hablaron sobre lo desprestigiadas y ocultas que están este tipo de autoras en la enseñanza, y que para leerlas tienes casi que llegar a ellas por casualidad, saltando de una isla a otra. Comparándola con la literatura escrita por hombres, las mujeres van individuales mientras que los hombres van en bloques. Por ejemplo: si tu influencia son estas tres autoras, lo son por separado. Pero si tus influentes son F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y John Dos Passos, tu influencia es “la generación perdida”. Es como si a los hombres pudieses englobarlos, como si alguien te dijese: “Si te gusta Baroja prueba con Unamuno.” Mientras que con las autoras femeninas esto no pasa, no hay un erudito que te diga con cual puedes seguir.

Desde siempre la palabra “femenino” está denostada, como si implicase que es algo menos importante. Las autoras expusieron sus experiencias con esta discriminación de los libros escritos por mujeres.

 “En mi colegio, que era solo de chicas, nos decían que teníamos que leer a Jean Austen porque era un libro de señoritas. Yo me enfadaba porque parecía que era algo sin importancia, solo para chicas, no gran literatura.” Apuntaba Gabriela.

Sobre este tema también se comentó la importancia de una conversación intergeneracional, lo importante que es tener un espejo en el que mirarte y decir que si ellas pudieron tu también. Y también de la a simetría que hay en las editoriales entre las publicaciones de hombres y de mujeres. Las autoras suelen comunicarse poco entre ellas, según las invitadas porque la sociedad ha hecho que las mujeres tengan miedo a situarse en una posición de poder. Porque dar tu opinión sobre otra persona es tener poder, y el poder te hace exponerte. Siempre han influido a las mujeres para tener que agradar a todo el mundo.

“Un libro es un mensaje, y un mensaje es poder.” Concluía Pilar.


Una suposición atrevida: escritura y maternidad.

La segunda mesa redonda giró en torno a la experiencia como madres y creadoras de cuatro autoras: Natalia Carrero, Carolina del Olmo, Lara Moreno y Gabriela Wiener. Como yo no soy madre, ni estoy cerca de serlo, creía que el tema no me iba a llegar, pero sí que lo hizo, me dio un poco de pena de que por ir mal de tiempo tuviese que ser mucho más corta que la anterior, pero no fue para nada menos interesante.

La maternidad en la literatura siempre ha sido un tema tabú, o tratado como menos importante que otros. Los libros, ya sean diarios o de ficción, que hablan de una madre son tratados como si fuesen un género repudiado, que solo les puede interesar a otras madres. Las autoras contaron como les influyo la maternidad en su creación literaria, y como en la mesa anterior, pudimos encontrar respuestas de lo más dispares. Mientras que a unas él ser madre les había servido como inspiración o como motivación, para otras el embarazo fue un momento de crisis literaria por el miedo a perderse a una misma, ser solo “la mamá de…”. Pero al llegar el bebé todo pareció colocarse de nuevo. Estas crisis pueden venir de la leyenda de que una escritora no puede tener hijos. “O tienes libros, o tienes hijos.” Hablando así de lo dura que es la conciliación, ya no solamente para las autoras si no en cualquier otro trabajo. Pero la tensión entre el deseo de protección de los pequeños y el de querer que florezcan y sean felices hace que la literatura sea muy fértil.

Este tipo de libros que hablan sobre algo tan universal como tener hijos, y cualquiera que hable de las cosas normales de la vida han sido alejados de la Gran Literatura. Como si fuesen temas menos importantes que la guerra. Desde generaciones estos temas han sido cultivados por las mujeres, primero por ser lo que ellas, como J. Austen, vivían y conocían y hoy por tradición. Ponían el ejemplo de un libro que cuenta la historia de un judío en un campo de concentración. Ninguno de nosotros ha vivido esa situación, pero a todos nos interesa. Porque este tipo de libros hablan de sentimientos universales como el miedo y el dolor, que todos entendemos. Debería ser lo mismo con la literatura que habla de madres o padres, no deberían tratarse como cosas que solo interesan a madres y padres, ya que los sentimientos de los que habla, amor, miedo a no hacer las cosas bien, el dolor por perder a un ser querido, son igualmente universales. Pero por ser un tema tabú, la maternidad es muy desconocida para ser lo más común.

“El mundo de la literatura te exige una serie de cosas, te saturas, pero cuando eres madre dejan de importante tanto y te das cuenta de que tienes derecho a parar y descansar.” Decía Gabriela.

Para acabar la jornada hubo una maravillosa lectura de poemas y fragmentos de los libros de las autoras. Las lectoras fueron: Pilar Adón, Lara Moreno, Luz Pichel, Julieta Valero y Gabriela Wiener. El tema general del que hablaron fue del miedo a perder a un ser q


uerido o de decepcionar a alguno. Todos ellos fueron impactantes e interesantes, sin parecerse en nada unos a otros. Me gustaría apuntar que me enamoré del fragmento que leyó Gabriela Wiener de su libro, y que a mi acompañante lo hizo el de Lara Moreno. Todas estuvieron brillantes.

Estoy muy feliz de haber asistido, todo lo que se dijo allí fue muy inspirador. Me muero de ganas por leer a las autoras que estuvieron y a las que mencionaron para así hacer mi propio “canon alternativo”.

LINKS:




lunes, 18 de enero de 2016

El personaje de Enero

Desde el principio de este blog quise hacer una sección llamada “El personaje del mes”. Pero durante todo diciembre no sabía cuando hacerlo. ¿Y que mejor momento que en el primer “mesario” de La Lectora Lenta? Ya tenía el día pero una duda me asaltaba. ¿Qué era mejor escribir sobre un personaje de un libro del que ya he reseñado o uno de alguno que todavía no? Todo al que pregunté me dijo que era mejor uno al que conocieran mis pequeños lectores… Así que aquí tenéis a mi amigo Andrés Hurtado al que ya conocéis un poco.

Andrés Hurtado Iturrioz

Como ya sabéis es el protagonista de El árbol de la ciencia de Pío Baroja. Como ya dije en la reseña del libro es uno de los personajes más completitos que he tenido el gusto de leer, por eso le he elegido. Ahora vamos a ver cuánto jugo se le puede sacar a este personaje.

Andrés es un joven que debe de tener alrededor de 20 años, aunque dentro del libro pasan varios años, en los primeros capítulos debe tener 18 y al acabar cerca de 25, según mis cálculos. A penas se le describe físicamente, en algún momento se menciona que tiene el pelo oscuro y que es pálido y delgado, pero poco más se sabe de cómo es externamente. El autor le da mucha más importancia a la profundidad psicológica de su protagonista que a la descripción, de hecho creo que es el personaje del que menos detalles fisiológicos da en comparación con los demás.

Es el cuarto de cinco hermanos en una familia bastante acomodada. La vida en la casa de los Hurtado está llena de discusiones por casi cualquier tema. Sobre todo por los encontronazos Andrés con su padre, discusiones que simbolizan una España clásica, de derechas y bélica, representada por el padre, Pedro, y la España joven, idealista y que cree en una igualdad de clases, para la época muy revolucionaria, representada en el protagonista.

El resto de la familia de Andrés está representada por sus cuatro hermanos, de mayor a menor Alejandro, Margarita, Pedro y Luisito. Por el primero expresa verbalmente bastante desprecio mientras que los tres menores si le despiertan cariño, especialmente Luisito, por el que se desvive. Este amor por su hermano también está basado en el que sentía el propio Pío Baroja por el suyo, al cual perdió tras una enfermedad. La madre de la familia, Fermina Iturrioz, murió. Según el libro Andrés se sentía muy unido a ella, por lo que cuando murió siendo este un adolescente le dejó un vacío y una inclinación a la tristeza.

Es un hombre pesimista, depresivo y solitario. Intelectualmente es muy inquieto y siente curiosidad por todo lo que le rodea, siempre está dispuesto a querer aprender algo nuevo. No le gusta la sociedad en la que vive y en medida de lo posible siempre evita relacionarse con los demás, en la mayor parte de los casos es incapaz de ver cosas buenas en la mayoría de la gente. Prefiere pasar tardes enteras leyendo o simplemente mirando por la ventana reflexionando sobre la gente que ve desde ella.

Aunque no le gusta relacionarse con la gente, normalmente siempre acaba rodeado de personas, normalmente bastante desagradables. Siempre está junto a un par de compañeros con los que no le gusta estar, pero nadie puede estar eternamente solo. Con quien sí que le gusta pasar largos ratos es con su tío Iturrioz, con el que comparte estudios y su gran afición por la filosofía. Aunque en muchas ocasiones tienen opiniones opuestas.

Sentimentalmente este personaje tiene una evolución bastante notoria. Al principio del libro conoce a Lamela, un estudiante bastante mayor que él que vive enamorado de una mujer. Andrés escucha sus aventuras amorosas con ella y al verla comprende que la tiene demasiado idealizada. En esta parte del libro no entiende como el amor vuelve ciega a las personas. Al final del libro a él le pasa exactamente esto. Pero nunca acaba de abandonar ese pesimismo que arrastra durante todo el libro.

Bueno, creo que si cuento más que esto sería destripar demasiado el libro. ¡Así que si queréis saber más habrá que leerse el libro!

“Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a dónde dirigirse. ¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da? Si la vida fuera tan fuerte que le arrastrara a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en un oasis de paz; pero la vida es estúpida, sin emociones, sin accidentes, al menos aquí, y creo que en todas partes, y el pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional de la existencia"