Desde el principio de este blog quise hacer una sección
llamada “El personaje del mes”. Pero durante todo diciembre no sabía cuando
hacerlo. ¿Y que mejor momento que en el primer “mesario” de La Lectora Lenta?
Ya tenía el día pero una duda me asaltaba. ¿Qué era mejor escribir sobre un
personaje de un libro del que ya he reseñado o uno de alguno que todavía no?
Todo al que pregunté me dijo que era mejor uno al que conocieran mis pequeños
lectores… Así que aquí tenéis a mi amigo Andrés Hurtado al que ya conocéis un
poco.
Andrés Hurtado Iturrioz
Como ya sabéis es el protagonista de El árbol de la ciencia de Pío Baroja. Como ya dije en la reseña del
libro es uno de los personajes más completitos que he tenido el gusto de leer,
por eso le he elegido. Ahora vamos a ver cuánto jugo se le puede sacar a este
personaje.
Andrés es un joven que debe de tener alrededor de 20 años,
aunque dentro del libro pasan varios años, en los primeros capítulos debe tener
18 y al acabar cerca de 25, según mis cálculos. A penas se le describe
físicamente, en algún momento se menciona que tiene el pelo oscuro y que es
pálido y delgado, pero poco más se sabe de cómo es externamente. El autor le da
mucha más importancia a la profundidad psicológica de su protagonista que a la
descripción, de hecho creo que es el personaje del que menos detalles
fisiológicos da en comparación con los demás.
Es el cuarto de cinco hermanos en una familia bastante
acomodada. La vida en la casa de los Hurtado está llena de discusiones por casi
cualquier tema. Sobre todo por los encontronazos Andrés con su padre,
discusiones que simbolizan una España clásica, de derechas y bélica,
representada por el padre, Pedro, y la España joven, idealista y que cree en
una igualdad de clases, para la época muy revolucionaria, representada en el
protagonista.
El resto de la familia de Andrés está representada por sus
cuatro hermanos, de mayor a menor Alejandro, Margarita, Pedro y Luisito. Por el
primero expresa verbalmente bastante desprecio mientras que los tres menores si
le despiertan cariño, especialmente Luisito, por el que se desvive. Este amor
por su hermano también está basado en el que sentía el propio Pío Baroja por el
suyo, al cual perdió tras una enfermedad. La madre de la familia, Fermina
Iturrioz, murió. Según el libro Andrés se sentía muy unido a ella, por lo que
cuando murió siendo este un adolescente le dejó un vacío y una inclinación a la
tristeza.
Es un hombre pesimista, depresivo y solitario. Intelectualmente
es muy inquieto y siente curiosidad por todo lo que le rodea, siempre está
dispuesto a querer aprender algo nuevo. No le gusta la sociedad en la que vive
y en medida de lo posible siempre evita relacionarse con los demás, en la mayor
parte de los casos es incapaz de ver cosas buenas en la mayoría de la gente. Prefiere
pasar tardes enteras leyendo o simplemente mirando por la ventana reflexionando
sobre la gente que ve desde ella.
Aunque no le gusta relacionarse con la gente, normalmente
siempre acaba rodeado de personas, normalmente bastante desagradables. Siempre
está junto a un par de compañeros con los que no le gusta estar, pero nadie
puede estar eternamente solo. Con quien sí que le gusta pasar largos ratos es
con su tío Iturrioz, con el que comparte estudios y su gran afición por la
filosofía. Aunque en muchas ocasiones tienen opiniones opuestas.
Sentimentalmente este personaje tiene una evolución bastante
notoria. Al principio del libro conoce a Lamela, un estudiante bastante mayor
que él que vive enamorado de una mujer. Andrés escucha sus aventuras amorosas
con ella y al verla comprende que la tiene demasiado idealizada. En esta parte
del libro no entiende como el amor vuelve ciega a las personas. Al final del
libro a él le pasa exactamente esto. Pero nunca acaba de abandonar ese
pesimismo que arrastra durante todo el libro.
Bueno, creo que si cuento más que esto sería destripar
demasiado el libro. ¡Así que si queréis saber más habrá que leerse el libro!
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