miércoles, 27 de enero de 2016

Adaptados: Fahrenheit 451

Título de la película: Fahrenheit 451

Título del libro: Fahrenheit 451

Director:  François Truffaut

Protagonistas: Oskar Werner, Julie Christie, y Cyril Cusack
Año: 1966











Resumen:

Para no aburrir con el mismo resumen que en la reseña del libro directamente remitiré a ella.


Película VS Libro:

La película es muy buena, para que vamos a negarlo, aunque hay muchas diferencias con el libro y cosas que eché muy en falta en ella, no hay que dudar que esté bien lograda. Digamos que si el libro es un 10 la película tiene un 8’5, que es muy buena nota. Tal vez sea por mi exacerbado amor hacia el libro que me impide darle más nota. Pero aun así me ha encantado verla.
Lo primero en lo que te fijaras cuando veas este metraje es que para ser ciencia ficción la tecnología muy punta no es, solo hay que ver los teléfonos. Hay que tener en cuenta que está hecha en los años sesenta cuando toda la tecnología que se podía imaginar ni si quiera se acercaba a la que tenemos hoy en día. Por lo una mente del año 2016 que lea el libro será capaz de imaginar cosas mucho más impresionantes que las que aparecen. Como pasa por ejemplo con las pantallas de “La Familia” en el libro te las describen como tres enormes paredes, mientras que en la película solo es un plasma, claro que un plasma en los años 60 era eso, ciencia ficción. Lo mismo sucede con el camión de los bomberos, las casas, los coches o el metro, yo que vivo en el siglo XXI imagino el futuro a partir de aquí.

Pero no fue esto lo que me sacaba más de la ambientación en la que consigue meterte el libro. Dejando de lado la tecnología, lo que más me descolocaba era la ciudad, llena de arboles y de verde. En el libro te da la idea de que todo es mucho más gris y urbano de lo que aparece en el libro, con todas las casas iguales donde no hay ningún hueco para la individualidad.

Esto en cuanto a la escenografía, aunque no lo parezca juro que me gustó mucho la película.

Pensando en el argumento, hay muchas diferencias con respecto al libro, para la versión se quitaron y se añadieron distintas escenas. La primera gran diferencia que se ve es en el personaje de Clarisse, mucho más presente en la película que en el libro. Pero lo que más eché en falta en la película fue la omisión del personaje de Faber y del Sabueso, este último creo que lo quitaron por falta de medios para hacer sus escenas. El que quitasen a Faber si que me parece un error, ya que es él quien ayuda a Montag a salir de la ciudad y quien le explica toda la situación, en la película esto queda muy cojo.

En general el libro transmite mucho más que la película, las escenas más trepidantes escritas por Ray Bradbury, como cuando Montag logra escapar de la ciudad, en la película quedan reducidas a la mínima expresión. También la representación de los sentimientos y la evolución del protagonista están mejor llevados en el original que en la adaptación. Montag en el libro tiene una gran cantidad de dudas y momentos de debilidad, que en la pantalla no podemos observar.

Por otro lado en la película, en la que se omiten muchos detalles, como el hecho de que esté prohibido circular a menos de 80 km/h, se añaden escenas y otros detalles. Me gustó que el director decidiese que el papel de Linda (Myldred) y Clarisse fuese realizado por la misma actriz, para representar lo muy diferentes que pueden ser dos personas siendo exactamente iguales. Aunque sigue pareciéndome que se dejaron en el tintero muchas de las escenas más interesantes e importantes, como la de la lluvia, la guerra... y el Sabueso, que estaba yo deseando verlo.


Pero viéndolo como una historia distinta, o sin haber leído el libro, la película está muy bien. Yo estoy contenta de haberla visto, tenía mucha ilusión y no me arrepiento de haberlo hecho. Eso sí el libro es mejor.



sábado, 23 de enero de 2016

Un cuarto propio para la tribu

“La literatura femenina es como una serie de islas a la deriva desprendidas del gran continente que es la literatura universal.”

Con esta cita comenzaba ayer unas jornadas organizadas por La Tribu de Frida sobre la literatura y las mujeres en ella. De la mano de Carmen G de La Cueva la creadora de La Tribu. Yo tuve la suerte de poder asistir, me alegro mucho de haber llegado aunque fuera por casualidad como llegué a ver el cartel. Fueron unas jornadas muy inspiradoras compuestas por dos mesas redondas, una lectura y finalmente un cóctel. Además había una pequeña mesa de Mujeres & Compañía La Librería para poder comprar ejemplares de libros de los que iban a hablar y de los escritos por las invitadas. Pena que yo no llevase dinero, pero este lunes pienso ir a la librería física.


Una genealogía propia. Escritoras, generaciones e influencias

La primera mesa redonda, la que luego se conocería como la mesa de las “no madres” estaba compuesta por tres autoras que nos hablaron sobre su experiencia como creadoras y sus influencias. Ellas eran Pilar Adón, Elvira Navarro y Gabriela Ybarra.

Para ellas la primera pregunta fue cual era la chispa que las impulsó para escribir.  Las respuestas fueron muy variadas y llevo a muchos temas muy interesantes. La escritura se representó como un método de expresión alternativo al hablado, mucho más libre para poder decir lo que sientes. Por otro lado también es un modo de estar contigo mismo sin tener que estar con otros. Y por último como algo muy divertido y lúdico que se puede compartir con todos.

“Cuando hablas de tus personajes no puedes hacerlo con sentimientos o emociones como lo haces en el libro. Tienes que crear palabras, eso es muy complicado.” Comentó Elvira sobre sus experiencias como autora.

También se habló mucho de los primeros libros y la iniciación a la lectura, que fue de modos tan diferentes como los motivos para empezad a escribir. Uno de los nombres que más se repitió  durante la sesión fue el de Margarite Duras que sirvió como inspiración para todas ellas, aunque, al parecer, intentar emularla es un suicidio literario.

Esta mujer nos llevó al tema de la influencia de las mujeres en la literatura, saliendo a la luz grandes nombres como Jean Austen, Virginia Woolf o Penélope Fiztgerald. Las autoras hablaron sobre lo desprestigiadas y ocultas que están este tipo de autoras en la enseñanza, y que para leerlas tienes casi que llegar a ellas por casualidad, saltando de una isla a otra. Comparándola con la literatura escrita por hombres, las mujeres van individuales mientras que los hombres van en bloques. Por ejemplo: si tu influencia son estas tres autoras, lo son por separado. Pero si tus influentes son F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway y John Dos Passos, tu influencia es “la generación perdida”. Es como si a los hombres pudieses englobarlos, como si alguien te dijese: “Si te gusta Baroja prueba con Unamuno.” Mientras que con las autoras femeninas esto no pasa, no hay un erudito que te diga con cual puedes seguir.

Desde siempre la palabra “femenino” está denostada, como si implicase que es algo menos importante. Las autoras expusieron sus experiencias con esta discriminación de los libros escritos por mujeres.

 “En mi colegio, que era solo de chicas, nos decían que teníamos que leer a Jean Austen porque era un libro de señoritas. Yo me enfadaba porque parecía que era algo sin importancia, solo para chicas, no gran literatura.” Apuntaba Gabriela.

Sobre este tema también se comentó la importancia de una conversación intergeneracional, lo importante que es tener un espejo en el que mirarte y decir que si ellas pudieron tu también. Y también de la a simetría que hay en las editoriales entre las publicaciones de hombres y de mujeres. Las autoras suelen comunicarse poco entre ellas, según las invitadas porque la sociedad ha hecho que las mujeres tengan miedo a situarse en una posición de poder. Porque dar tu opinión sobre otra persona es tener poder, y el poder te hace exponerte. Siempre han influido a las mujeres para tener que agradar a todo el mundo.

“Un libro es un mensaje, y un mensaje es poder.” Concluía Pilar.


Una suposición atrevida: escritura y maternidad.

La segunda mesa redonda giró en torno a la experiencia como madres y creadoras de cuatro autoras: Natalia Carrero, Carolina del Olmo, Lara Moreno y Gabriela Wiener. Como yo no soy madre, ni estoy cerca de serlo, creía que el tema no me iba a llegar, pero sí que lo hizo, me dio un poco de pena de que por ir mal de tiempo tuviese que ser mucho más corta que la anterior, pero no fue para nada menos interesante.

La maternidad en la literatura siempre ha sido un tema tabú, o tratado como menos importante que otros. Los libros, ya sean diarios o de ficción, que hablan de una madre son tratados como si fuesen un género repudiado, que solo les puede interesar a otras madres. Las autoras contaron como les influyo la maternidad en su creación literaria, y como en la mesa anterior, pudimos encontrar respuestas de lo más dispares. Mientras que a unas él ser madre les había servido como inspiración o como motivación, para otras el embarazo fue un momento de crisis literaria por el miedo a perderse a una misma, ser solo “la mamá de…”. Pero al llegar el bebé todo pareció colocarse de nuevo. Estas crisis pueden venir de la leyenda de que una escritora no puede tener hijos. “O tienes libros, o tienes hijos.” Hablando así de lo dura que es la conciliación, ya no solamente para las autoras si no en cualquier otro trabajo. Pero la tensión entre el deseo de protección de los pequeños y el de querer que florezcan y sean felices hace que la literatura sea muy fértil.

Este tipo de libros que hablan sobre algo tan universal como tener hijos, y cualquiera que hable de las cosas normales de la vida han sido alejados de la Gran Literatura. Como si fuesen temas menos importantes que la guerra. Desde generaciones estos temas han sido cultivados por las mujeres, primero por ser lo que ellas, como J. Austen, vivían y conocían y hoy por tradición. Ponían el ejemplo de un libro que cuenta la historia de un judío en un campo de concentración. Ninguno de nosotros ha vivido esa situación, pero a todos nos interesa. Porque este tipo de libros hablan de sentimientos universales como el miedo y el dolor, que todos entendemos. Debería ser lo mismo con la literatura que habla de madres o padres, no deberían tratarse como cosas que solo interesan a madres y padres, ya que los sentimientos de los que habla, amor, miedo a no hacer las cosas bien, el dolor por perder a un ser querido, son igualmente universales. Pero por ser un tema tabú, la maternidad es muy desconocida para ser lo más común.

“El mundo de la literatura te exige una serie de cosas, te saturas, pero cuando eres madre dejan de importante tanto y te das cuenta de que tienes derecho a parar y descansar.” Decía Gabriela.

Para acabar la jornada hubo una maravillosa lectura de poemas y fragmentos de los libros de las autoras. Las lectoras fueron: Pilar Adón, Lara Moreno, Luz Pichel, Julieta Valero y Gabriela Wiener. El tema general del que hablaron fue del miedo a perder a un ser q


uerido o de decepcionar a alguno. Todos ellos fueron impactantes e interesantes, sin parecerse en nada unos a otros. Me gustaría apuntar que me enamoré del fragmento que leyó Gabriela Wiener de su libro, y que a mi acompañante lo hizo el de Lara Moreno. Todas estuvieron brillantes.

Estoy muy feliz de haber asistido, todo lo que se dijo allí fue muy inspirador. Me muero de ganas por leer a las autoras que estuvieron y a las que mencionaron para así hacer mi propio “canon alternativo”.

LINKS:




lunes, 18 de enero de 2016

El personaje de Enero

Desde el principio de este blog quise hacer una sección llamada “El personaje del mes”. Pero durante todo diciembre no sabía cuando hacerlo. ¿Y que mejor momento que en el primer “mesario” de La Lectora Lenta? Ya tenía el día pero una duda me asaltaba. ¿Qué era mejor escribir sobre un personaje de un libro del que ya he reseñado o uno de alguno que todavía no? Todo al que pregunté me dijo que era mejor uno al que conocieran mis pequeños lectores… Así que aquí tenéis a mi amigo Andrés Hurtado al que ya conocéis un poco.

Andrés Hurtado Iturrioz

Como ya sabéis es el protagonista de El árbol de la ciencia de Pío Baroja. Como ya dije en la reseña del libro es uno de los personajes más completitos que he tenido el gusto de leer, por eso le he elegido. Ahora vamos a ver cuánto jugo se le puede sacar a este personaje.

Andrés es un joven que debe de tener alrededor de 20 años, aunque dentro del libro pasan varios años, en los primeros capítulos debe tener 18 y al acabar cerca de 25, según mis cálculos. A penas se le describe físicamente, en algún momento se menciona que tiene el pelo oscuro y que es pálido y delgado, pero poco más se sabe de cómo es externamente. El autor le da mucha más importancia a la profundidad psicológica de su protagonista que a la descripción, de hecho creo que es el personaje del que menos detalles fisiológicos da en comparación con los demás.

Es el cuarto de cinco hermanos en una familia bastante acomodada. La vida en la casa de los Hurtado está llena de discusiones por casi cualquier tema. Sobre todo por los encontronazos Andrés con su padre, discusiones que simbolizan una España clásica, de derechas y bélica, representada por el padre, Pedro, y la España joven, idealista y que cree en una igualdad de clases, para la época muy revolucionaria, representada en el protagonista.

El resto de la familia de Andrés está representada por sus cuatro hermanos, de mayor a menor Alejandro, Margarita, Pedro y Luisito. Por el primero expresa verbalmente bastante desprecio mientras que los tres menores si le despiertan cariño, especialmente Luisito, por el que se desvive. Este amor por su hermano también está basado en el que sentía el propio Pío Baroja por el suyo, al cual perdió tras una enfermedad. La madre de la familia, Fermina Iturrioz, murió. Según el libro Andrés se sentía muy unido a ella, por lo que cuando murió siendo este un adolescente le dejó un vacío y una inclinación a la tristeza.

Es un hombre pesimista, depresivo y solitario. Intelectualmente es muy inquieto y siente curiosidad por todo lo que le rodea, siempre está dispuesto a querer aprender algo nuevo. No le gusta la sociedad en la que vive y en medida de lo posible siempre evita relacionarse con los demás, en la mayor parte de los casos es incapaz de ver cosas buenas en la mayoría de la gente. Prefiere pasar tardes enteras leyendo o simplemente mirando por la ventana reflexionando sobre la gente que ve desde ella.

Aunque no le gusta relacionarse con la gente, normalmente siempre acaba rodeado de personas, normalmente bastante desagradables. Siempre está junto a un par de compañeros con los que no le gusta estar, pero nadie puede estar eternamente solo. Con quien sí que le gusta pasar largos ratos es con su tío Iturrioz, con el que comparte estudios y su gran afición por la filosofía. Aunque en muchas ocasiones tienen opiniones opuestas.

Sentimentalmente este personaje tiene una evolución bastante notoria. Al principio del libro conoce a Lamela, un estudiante bastante mayor que él que vive enamorado de una mujer. Andrés escucha sus aventuras amorosas con ella y al verla comprende que la tiene demasiado idealizada. En esta parte del libro no entiende como el amor vuelve ciega a las personas. Al final del libro a él le pasa exactamente esto. Pero nunca acaba de abandonar ese pesimismo que arrastra durante todo el libro.

Bueno, creo que si cuento más que esto sería destripar demasiado el libro. ¡Así que si queréis saber más habrá que leerse el libro!

“Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a dónde dirigirse. ¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da? Si la vida fuera tan fuerte que le arrastrara a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en un oasis de paz; pero la vida es estúpida, sin emociones, sin accidentes, al menos aquí, y creo que en todas partes, y el pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional de la existencia"

jueves, 14 de enero de 2016

El Gran Gatsby

“En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas en la cabeza:
 << Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien –me dijo –recuerda que no todo el mundo ha tenido tus mismas ventajas… >>”

Ficha del libro:

Título: El gran Gastby

Autor: Francis Scott Fitzgerald

 Fecha: 1925

Movimiento: Generación perdida

Género: Tragedia, romance

Tema: Amor, desigualdad, sociedad

Páginas: 218





Resumen:

Nick Carraway, el narrador de la historia, tiene un misterioso vecino al que nunca ha tenido el placer de conocer personalmente. Lo único que sabe de él es que vive en una impresionante mansión, tiene más riquezas de las que puede contar y a veces mira fijamente una luz verde en la otra orilla. Precisamente donde vive su prima, la hermosa, amable, dulce, y encantadora Daisy y su marido Tom Buchanan. Este último tiene una relación con una mujer llamada Myrtle, Daisy lo sospecha pero no es capaz de asumirlo. Hasta que un día se reencuentra con el gran amor de su vida, al que creía que había perdido en la Primera Guerra mundial, Jay Gatsby, quien aun está perdidamente enamorado de ella.

Miles de historias cuentan sobre este extraño hombre. ¿Mató a un hombre? ¿Trabajó en el contrabando de alcohol? ¿Quién es el Gran Gatsby?

Algo en sus pausados movimientos y en la posición segura de sus pies sobre el césped me indicó que era Gatsby en persona, que había salido para decidir cuál parte de nuestro firmamento local le pertenecía.

Opinión personal:

Amo a Nick. Ya, ya sé que este dato no ayuda demasiado a la hora de decidir si queréis leer este libro o no, pero tiene parte de sentido. Como narrador que es todas sus acertadas metáforas, sus reflexiones y punto de vista influyen notablemente en que el resultado de este libro fuese satisfactorio. Y Fitzgerald consiguió crear de su narrador un gran personaje secundario, tanto que a mí me parece lo primero que se puede destacar de este libro. El estilo de este autor es bastante similar al mío, lo que quiere decir que me gusta. Para los que no me han leído nunca (la mayoría de la gente) este estilo se refiere a una narración llena de símiles, adjetivos, y frases largas y complejas, aunque yo abuso del diálogo mucho más que Fitzgerald. El estilo de este autor me enamoro desde la primera frase, debía de ser un hombre realmente sensible, cada palabra del libro parece elegida meticulosamente para ser bella. Y no es solo en este libro, en Suave es la noche, tengo la misma sensación.

“Ninguna cantidad de fuego o frescura puede ser mayor que aquello que un hombre es capaz de atesorar en su insondable corazón.

Al mismo tiempo estas descripciones son acertadas tanto a la hora de describir situaciones, personajes y lugares como sentimientos y reflexiones. Lo que hace que la sensación de la lectura sea mucho más completa. En mi opinión este libro es tan grande gracias a la narrativa y a sus personajes, que en algunos casos llegan a eclipsar a la trama. No porque el argumento no sea bueno, que lo es, pero en comparación con la bella escritura de Fitzgerald queda un poco corta. Este mismo libro escrito por un autor más “simple” perdería bastante. Creo que Fitzgerald es un gran escritor por como lo cuenta, lleno de sensibilidad.

Con esto no quiero decir que la trama sea mala. ¡Para nada! Es un libro realmente interesante. En él se habla de la decadencia de las clases altas y la superficialidad del ser humano. Los personajes que se presentan como gente bella, hermosa y con todas las cualidades positivas que se pueden desear resultan estar totalmente vacías por dentro. Ser egoístas y solo buscar lo más conveniente para ellos mismos. Con esta idea, normal que en su época, donde la mayoría de los lectores pertenecían a esta clase social, este libro fuera fuertemente criticado.

“-Son gente podrida -le grité a través del prado-. Tú vales más que todo ese maldito grupo junto.

Siempre suelo hablar de los personajes que más me han gustado, normalmente coinciden con los protagonistas pero en este caso no es así. Jay y Daisy son unos grandes personajes, pero en este caso los que más me gustaron fueron Nick y Jordan, que se han convertido en mi OTP literaria. Nick, además de ser un narrador fantástico, es un hombre inteligente, paciente y en cierto modo tierno. Tiene un carácter muy bien definido gracias a que toda la historia está contada desde su punto de vista. Jordan, por otro lado, es un personaje secundario que sirve en ocasiones como muleta para Nick. Ellos juntos hablan del tema principal como meros observadores de una película. Aun así este personaje tiene algo que me encanta, pese a no ser de los más relevantes de la trama.

Jay es un hombre realmente romántico, tanto que llega a ser iluso. Tiene una visión del amor como algo eterno, inmutable y poderoso. Esta visión le hace aferrarse al pasado sin importar como, de renunciar a todo, a su familia, su tierra e incluso su verdadero nombre, para poder estar junto a su ser amado. Es un hombre hecho a sí mismo… pero basándose en una fantasía, un sueño que difícilmente puede llegar a realizarse.

“Pensé en la fascinación que sentiría Gatsby al ver la luz verde al final del embarcadero de Daisy. Había recorrido un largo camino hasta aquí. Creyó imposible no poder alcanzar su sueño, aparentemente tan cercano

Daisy, por su parte, no me gustó en ningún momento. No confundamos esto con que sea un mal personaje, como personaje es muy bueno y completo, pero como persona deja bastante que desear. Ella es la típica mujer de la década en la que vive, su única preocupación es tener un armario lleno de vestidos bonitos y divertirse. Pero aun así es una mujer inteligente, pero le gusta hacer el papel de ilusa ya que es lo que se espera de una mujer de clase alta como lo es ella, casarse con un buen hombre y hacer la vista gorda ante sus infidelidades. Tampoco se la puede culpar de esta actitud, al fin de al cabo ella solo intenta sobrevivir del único modo que sabe en un mundo donde solo la tratan como un objeto de exposición.

"-Está bien –dijo -, me alegro de que sea niña. Pero confío en que sea tonta..., lo mejor que le puede pasar a una niña en este mundo es ser una hermosa tontita"

El Gran Gatsby es un gran reflejo de la sociedad de la época entreguerras. Es imposible no leer este libro sin parar de imaginarte grupos de flappers paseando o música de jazz saliendo de gramófonos. Hace que con cada palabra que lees te sientas transportado a aquellos locos y felices años 20.

 En este libro, aparte de contarse una hermosa historia de amor y tragedia, en sus pocas hojas se habla de los temas más variados y que más preocupaban al autor. Desde la avaricia al racismo, pasando por la diferencia de clases y el desprecio a los más pobres. Tal vez el único defecto que le pondría es el cúmulo de casualidades que se dan, pero que al fin de al cabo son usadas como detonante de la trama. Además de que algunas de las casualidades que te presentan inicialmente resultan más tarde no serlo y el efecto de que es todo gracias a ellas desaparece.

En cualquier caso, este es un gran libro que merece estar en la biblioteca de cualquier amante de la literatura. Y hoy en día está considerado como una de las grandes obras de principios del siglo XX, aunque en su día no hiciese mucha gracia a los críticos.

“-Ponte el uniforme. Apagaremos todas las luces, excepto una vela. Y dejaré que me digas que me quieres.”


Te recomiendo este libro si:

  • Te interesa la vida de los Locos Años 20.
  • Buscas una historia de amor contada con maestría.
  • Crees en el destino y en la importancia del pasado y el futuro.



“Y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado.”

jueves, 7 de enero de 2016

Cumbres Borrascosas

“1801. Regreso en este momento de visitar al dueño de mi casa.”


Ficha del libro:

Título: Cumbres Borrascosas

Autor: Emily Brontë

 Fecha: 1847

Movimiento: Literatura gótica

Género: Fantasía, romance

Tema: Amor, familia, traición

Páginas: 347






Resumen:

El señor Loockwood acaba de trasladarse a la Granja de los Tordos, una hermosa finca que pertenece a un importante hombre. Cuando Loockwood decide que es hora de conocer a su casero la cosa no puede ir peor. El recibimiento que le dan en Cumbres Borrascosas es extraño, frío y escalofriante. En ella conoce a Heathcliff, el dueño de la casa; a Catherine, una joven con aspecto de bruja; y a Hareton, un niño bastante tosco. Por una fuerte nevada Loockwood debe pasar la noche en Cumbres Borrascosas, en una habitación donde se suponía que no debería de entrar nadie. Allí encuentra un antiguo diario de una joven también llamada Catherine, en el que cuenta sus andanzas junto a su hermano adoptivo Heathcliff. Tras leerlo tremendas pesadillas le asaltan esa noche. Por la mañana su interés por la historia de la chica es mayor, por lo que pide a su ama de llaves, Ellen, que le cuente lo que sabe.

“Pero el fantasma, haciendo alarde de uno de los caprichos más comunes de los espectros, no se dignó a aparecer.”


Opinión personal:

¿Recuerdas esa libreta que necesitaste para La colmena? Sácala otra vez, va a ser necesaria. ¡Nadie dijo que la buena literatura fuera fácil! De hecho la complejidad de esta obra, tremendamente innovadora en su época, hizo que este libro tuviese unas críticas bastante duras. La metáfora más común que se utiliza para esta estructura es el de una serie de cajitas que cuando las abres hay otra más pequeña dentro, o unas muñecas matryoshcka. Pero esta misma complejidad es la que la ha convertido hoy en día en uno de los mayores clásicos de la literatura anglosajona.

Pero, os estaréis preguntando a que me refiero con las “cajitas”. Bien, intentaré explicarlo de alguna manera. En este libro el narrador siempre está en primera persona, perola sorpresa viene cuando descubres que no siempre es el mismo. El principio está narrado por Loockwood, pero la parte que lee en el diario lo está por Catherine, después la narradora es el ama de llaves, al mismo tiempo hay pasajes que los cuenta Heathcliff en primera persona pero dentro de la narración de Ellen, o en primera persona de Ellen dentro de la narración de Loockwood… y así todas las combinaciones posibles. O sea, dentro de la historia de Loockwood como nuevo inquilino está la historia de Ellen como ama de llaves. Dentro de la de Ellen está la de Catherine como protagonista. Dentro de la de Catherine está la de Heathcliff como su romance… Esto hace que tengas que estar muy atento mientras lees para saber desde que punto de vista están contándote la historia. Y además, obviamente, estas narraciones están en distintos tiempos. Por ejemplo; Loockwood narra en presente, pues es la narración más moderna, pero cuando narra Catherine su niñez implica un salto en el tiempo bastante importante.

Pero aunque esta extraña estructura no existiera, imaginando que la narración fuese lineal. La trama en sí es complicada. Aunque no hay muchos personajes, los líos familiares entre ellos son bastante complejos. Lo principal, es conocer que hay dos grandes familias, los Earshaw y los Linton, a los que pertenecen Cumbres Borrascosas y La Granja de los Tordos respectivamente. Y sabiendo que el gran amor de Catherine Earsaw siempre fue su hermano adoptivo Heathcliff, debemos de estar preparados para un árbol genealógico de lo más complicado.

“Mis grandes sufrimientos en este mundo han sido los sufrimientos de Heathcliff, los he visto y sentido cada uno desde el principio. El gran pensamiento de mi vida es él. Si todo pereciera y él se salvara, yo seguiría existiendo, y si todo quedara y él desapareciera, el mundo me sería del todo extraño, no me parecería que soy parte de él. Mi amor por Linton es como el follaje de los bosques: el tiempo lo cambiará, yo ya sé que el invierno muda los árboles. Mi amor por Heathcliff se parece a las eternas rocas profundas, es fuente de escaso placer visible, pero necesario.

Dentro de esta novela no hay más remedio que destacar a Catherine Earshaw madre, (la hija tiene el mismo nombre). Es el personaje más complejo de la novela, no en balde es la protagonista. Pero no os esperéis la típica y dulce protagonista de una novela de amor, no. Catherine es egoísta, manipuladora, casi malvada. Posee una enorme ambición y un orgullo que la impulsa a casarse con Linton solo para mantener el honor aunque no le amase realmente. Le gusta dominar a la gente, incluso cuando enferma y enloquece utiliza esta condición para dominar a su marido. Esta tremenda y poderosa personalidad hace que fuese un auténtico escándalo en la época en la que se publicó Cumbres Borrascosas, donde solo se leían personajes femeninos planos, dulces y encantadores. Mujeres perfectas. Sin embargo la mayoría de estos no han pasado a formar parte de los mejores personajes ficticios de la historia, cosa que Catherine sí.

Su coprotagonista masculino, Heathcliff, no se queda atrás con respecto a Catherine. Es otro de los grandes antihéroes de la historia de la literatura. Igual de retorcido, oscuro y genial que su amada. Es un hombre al que difícilmente puedes amar, de hecho yo le detestaba, pero al mismo tiempo como personaje es simplemente fascinante. Desde la descripción de su físico te dejan claro que toda su personalidad es salvaje y arrolladora.

Cumbres Borrascosas es la historia de fantasmas y romance de dos antihéroes.

 “Muy bien que me tortures hasta la muerte para divertirte, sólo permíteme que yo me divierta de la misma manera, y guárdate de insultarme tanto como seas capaz. Has destruido mi palacio: no levantes una choza y te complazcas en admirar tu propia caridad al dármela por hogar.

Como los protagonistas, la mayoría de los personajes de este libro difícilmente pueden caer bien a alguien. En mi punto de vista todos tienen más cosas por las cuales no serte simpáticos que motivos para quererlos. Pero todos son de una complejidad magistral, redondos y llenos de contrastes. Puede que si tuviese que elegir a uno que me resultase más agradable fuese la propia Ellen, que más que personaje es la narradora.

Estos increíbles y poderosos personajes unidos a la complejidad de la trama convierten esta novela en un imprescindible para cualquier lector. La narración es terriblemente compleja, mentiría si diese que no quise dejarlo un poco apartado cuando cambiaba de punto de vista sin previo aviso. Pero este es un clásico que se ha ganado su puesto sin ninguna duda entre las mejores novelas de la historia.

“¡Catherine Earnshaw, ojalá no encuentres descanso mientras yo siga con vida! Dijiste que yo te había matado, ¡pues entonces persígueme! Las víctimas persiguen a sus asesinos. Yo creo que hay fantasmas que vagan por el mundo, lo sé. Quédate siempre con que no puedes hacer es dejarme solo en este abismo donde no soy capaz de encontrarte. ¡Oh, Dios mío, es inconcebible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!"


Te recomiendo este libro si:

  • No tienes miedo a los fantasmas, ni a las “cajas”.
  • Te encantan los antihéroes.
  • Tu concepto de algo romántico es bastante oscuro.



“Seguí con los ojos el vuelo de las libélulas entre las plantas silvestres y las campánulas, y escuche el rumor de la suave brisa entre el césped; y me sorprendió que alguien pudiera atribuir un sueño inquieto a los que dormían en aquellas tumbas.”

domingo, 3 de enero de 2016

Fahrenheit 451

“Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiador”

Ficha del libro:

Título: Fahrenheit 451

Autor: Ray Bradbury

 Fecha: 1953

Movimiento: Literatura contemporánea

Género: Ciencia Ficción

Tema: Distopía, sociedad, filosofía

Páginas: 179




Resumen:

En un posible futuro se ha prohibido leer… Los libros son tratados como armas, como objetos peligrosos que deben de ser destruidos, pues se ha demostrado que traen la desigualdad entre los ciudadanos. Para cumplir la noble misión de terminar con ellos están los bomberos, bomberos como Guy Montag. Él está convencido de lo que hace, cree en ello, no en vano es lo que le han enseñado desde niño. Pero un día volviendo del cuartel conoce a su nueva vecina, Clarisse. Esta adolescente está loca, rematadamente loca. En un país al borde de la guerra, donde la televisión ocupa tres de las cuatro paredes (y no precisamente para emitir Redes), donde los coches no pueden circular a menos de 80 km/hora porque permite mirar el paisaje, donde todas las casas son idénticas e ignífugas… una soñadora es una loca. Clarisse habla con su familia de cosas importantes, mira la Luna, pasea por la hierba… en definitiva, piensa. Conocer a esta chica trastoca el mundo de Montag. ¿Y si la felicidad está en esa locura? ¿Y si él no es feliz? Y la mayor de las preguntas: ¿Qué es lo que hay en los libros?

"-Tengo diecisiete años y estoy loca. Mi tío dice que ambas cosas van siempre juntas. Cuando la gente te pregunte la edad, dice, contesta siempre: diecisiete años y loca."

Opinión personal:

No tengo blog suficiente para todas las citas y reflexiones que me ha dejado este libro. Es un libro que dentro del propio libro lo hubiesen quemado. Aparte de lo mucho que te hace meditar y darte cuenta de que ese futuro no es necesariamente tan lejano, es una novela que te engancha desde el principio, la narración es ágil y emocionante, hay algunos capítulos que me parecieron increíblemente adictivos. Como contaba en la entrada anterior, hay una parte del libro que me hizo gritarle a Montag como si pudiese escucharme. Me puedo visualizar a mi misma echándome sobre el libro electrónico como si quisiese meterme dentro, o moviéndome sin parar nerviosa. En definitiva es uno de los libros que más ha conseguido atraparme.  
Hay gente que por algún motivo se cree que un libro corto no puede ser bueno. Se nota que no han leído este. Son menos de 200 hojas pero en ellas Bradbury consigue contarte todo lo que desea, ni más ni menos. Desarrolla al personaje de Montag maravillosamente y le hace evolucionar de un modo creíble y eficaz. Y consigue que tanto él como el lector se replantee todos los aspectos importantes de su vida.

"-¡Buenas noches!
Empezó a andar por el pasillo que conducía hacia su casa. Después, pareció recordar algo y regresó para mirar a Montag con expresión intrigrada y curiosa.
-¿Es usted feliz? -preguntó.
-¿Que si soy qué? -replicó él. Pero ella se había marchado, corriendo bajo el claro de luna. La puerta de la casa se cerró con suavidad.-¡Feliz! ¡Menuda tontería!”

El personaje de Montag, bajo mi humilde opinión es uno de los más completos e interesantes que he tenido el placer de leer. Es un hombre que de por sí está un poco inclinado a esa locura, aunque al principio intenta resistirse, piensa por él mismo, lo que le lleva a un tremendo conflicto. La lucha de lo que se supone que está bien con lo que tú sientes. ¿Quién no se ha sentido así en algún momento? Es un protagonista con el que es muy fácil conectar por este mismo conflicto, tan humano. Hay un pasaje en el que me impresionó especialmente en el que él llora pensando que si su mujer muriese él no sentiría pena. Se pregunta en que tipo de mundo viven sin ser capaces de sentir empatía por nadie ni nada, ni si quiera tu propia pareja.

Pero Montag no es el único personaje interesante. De hecho, los tenemos en ambos bandos. Dentro de los locos tenemos a Clarisse, que es el detonante de todo, no en vano hay un momento del libro en el que la definen como “una bomba de relojería”, que para el protagonista lo es. Y también tenemos a Flaber, un viejo profesor de universidad, de los últimos que quedan. Un hombre que vive asustado escondido entre libros a sabiendas de que si le descubren su final podría ser fatal.
Y dentro de los bomberos tenemos al jefe de Montag, Beatty, un bombero “como dios manda”, que además conoce todos los sucesos de ese mundo distópico y que los manipula a su antojo para confundir aún más al protagonista. Es un gran personaje antagonista.

"-Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el place lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas."

También me gustaría mencionar a los “Hombres libro”, un grupo de locos vagabundos. Gente que memoriza los libros para que cuando todo acabe, cuando pensar vuelva a ser necesario, poder transmitirlos. Este pasaje del libro puede que se haga el más espeso de leer, es un poco más lento que el resto del libro, es mucho más filosófico, y muy interesante.

En definitiva Fahrenheit 451 me pareció uno de los libros más adictivos e interesantes que he podido leer. Nunca había leído una novela de ciencia ficción y por algún motivo de entre todas las opciones elegí esta. Fue curioso, porque la otra opción potente para iniciarme en las distopías era Un mundo feliz, y casi al mismo tiempo una amiga mía decidía leer Un mundo feliz y su siguiente opción era Fahrenheit 451. Desde luego yo se lo recomiendo. Yo gracias a él me he animado a explorar las secciones de este género, a mí, ¡que siempre he sido de literatura realista! Está claro que las cosas hay que probarlas.

“-Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí.”


Te recomiendo este libro si:

  • Crees que la sociedad puede cambiar gracias a nosotros.
  • Quieres empezar con la ciencia ficción o ya eres experto en este género.
  • Buscas un libro emocionante y que además te haga pensar.



“Sí -pensó Montag-, eso es lo que guardaré para mediodía. Para mediodía... Cuando alcancemos la ciudad.”